La cosmética es una rama de la ciencia que no deja de avanzar gracias a nuevos descubrimientos y a la intensa inversión en investigación realizada por grandes laboratorios y marcas. De hecho, podríamos decir que nos encontramos en la edad de oro de la cosmética y el futuro se presenta incluso más prometedor.
En las últimas décadas hemos asistido a una evolución en el mundo de la cosmética, lo que incluye su conexión con otras ciencias como la nutrición. La tendencia de los últimos años es usar compuestos lo más naturales posibles y que estén al alcance de nuestro organismo en los alimentos que ingerimos. Todo ello sin renunciar a la capacidad de los grandes laboratorios de aislar y sintetizar determinados compuestos químicos beneficiosos.
Un gran aliado para tu piel
Uno de los elementos que cumple con estas dos cuestiones es el ácido ferúlico. Se trata de una molécula compuesta por diez átomos de carbono, diez de hidrógeno y cuatro de oxígeno que presenta una serie de propiedades de gran interés para el cuidado de la piel humana.
La función primordial de este compuesto en la naturaleza es preservar la estructura de la pared celular vegetal. En nuestra piel esta molécula contribuye a lo mismo, siendo, por tanto, un gran aliado contra los signos del envejecimiento.
Su poderoso carácter antioxidante nos protege contra los radicales libres, que son los principales causantes del paulatino deterioro de las estructuras de nuestra piel. Además, si combinamos el ácido ferúlico con la vitamina C, tendremos un eficaz cóctel protector. Ya que ambas moléculas presentan sinergias que multiplican los efectos de cada una de ellas al combinarse entre sí.
El ácido ferúlico a tu alcance
Una de las grandes ventajas del ácido ferúlico es que está disponible en numerosos alimentos del reino vegetal. Es el caso de diversas semillas (trigo integral, avena, arroz integral), hortalizas (como la zanahoria o las espinacas), las verduras y algunas frutas como la piña y el mango.
Además de nutrir tu piel desde dentro, también puedes protegerla mediante sérums que incluyen combinaciones de antioxidantes entre los que se encuentra el ácido ferúlico. La versatilidad de este compuesto permite su uso en pieles muy diversas. Por ejemplo, el sérum Silymarin CF de Skinceuticals está diseñado para pieles grasas y sus ingredientes facilitan la reducción de la producción de grasa. Así como el cuidado de la dermis ante las agresiones medioambientales del día a día.
La mejor protección para la piel
Las consecuencias tanto de la radiación ultravioleta del sol como de la presencia de ozono en la atmósfera causan una serie de daños a nuestra piel que poco a poco se van acumulando y causando efectos visibles. Es el caso de la pérdida de tensión y elasticidad, los enrojecimientos, las decoloraciones y las manchas.
Afortunadamente, hoy contamos con numerosos tratamientos para paliar, prevenir e incluso revertir estos efectos. Y los cosméticos con ácido ferúlico y vitamina C están entre los más eficaces a la hora de proteger nuestra piel.
La rutina para incluir el ácido ferúlico
Son tantos los compuestos beneficiosos para nuestra salud dermatológica que muchas personas se pierden a la hora de escoger cuáles aplicarse y al decidir cómo combinarlos. En lo referente al ácido ferúlico, hay que recordar que se trata de un antioxidante que potencia sus efectos en combinación con la vitamina C. Asimismo, también es ideal combinarlo con la vitamina E.
Aunque la exposición al sol tiene varios beneficios, también puede resultar dañina. Motivo por lo que es ideal que nuestra crema con ácido ferúlico nos ayude a reparar los potenciales daños solares cuando la exposición al astro rey haya cesado. Por eso, un sérum facial con vitamina C pura como el Phloretin CF es una apuesta segura si lo usamos en nuestra rutina de cuidado nocturno. Es por la noche cuando nuestro organismo, durante el sueño, se dedica a reparar y regenerar los daños acumulados durante el día en las estructuras celulares.
La rutina simplificada
- Primero debemos usar nuestro limpiador habitual.
- Tanto si hemos usado uno como si empleamos dos limpiadores, el siguiente paso es utilizar el exfoliante.
- A continuación, extenderemos un tónico que sirva para refrescar la piel tras el efecto del exfoliante.
- En este paso es donde usaremos el sérum con ácido ferúlico.
- Aplicaremos el contorno de ojos y, tras este, el producto hidratante que prefiramos.
- En caso de dormir con una máscara facial protectora, la aplicaremos finalmente.
Incluyendo este compuesto tan eficaz y accesible en nuestra rutina de cuidado y belleza, ayudamos a nuestra piel a mantenerse tersa y luminosa, protegiéndola del paso de los años y de las agresiones medioambientales que deterioran sus estructuras a nivel celular.