La rutina de cuidado de la piel ha ido convirtiéndose en un proceso metódico que debe ser diseñado con los criterios adecuados para maximizar su eficacia. Su nombre no engaña: el sustantivo rutina ya señala que hablamos de una serie de actividades incorporadas a los quehaceres diarios y con una periodicidad concreta.
Por lo general, en lo relativo al cuidado de la piel, la rutina suele tener un proceso al inicio del día y otro por la noche, al término de la jornada. Las investigaciones científicas han demostrado lo beneficioso que es para nuestra dermis el cuidado diario. Esto incluye saber qué productos incorporar a nuestra rutina, pero no solo eso, sino también conocer el orden adecuado en el que estos deben ser aplicados.
El orden de los factores importa
En una receta culinaria el momento en el que se utilizan algunos ingredientes es clave para el resultado final. De la misma forma, en la protección de nuestra piel se pueden aprovechar todos los efectos beneficiosos de algunos compuestos si estos se usan en el orden adecuado. Y, por el contrario, de utilizarlos sin orden ni concierto se perderán sus mejores beneficios o incluso se corre el riesgo de inutilizar los compuestos llamados a cuidar la piel.
Funciones y beneficios del ácido hialurónico
Entre los compuestos más prestigiosos en el mundo de la cosmética están el ácido hialurónico y el retinol. Ambos ofrecen una relevante serie de ventajas en el caso de ser utilizados por separado. Pero todos sus beneficios se ven potenciados si ambos principios activos se combinan de la manera adecuada.
El ácido hialurónico está presente en muchos de los tejidos y órganos de nuestro cuerpo. Su uso en cosmética se centra en introducirse en diversas capas de la piel, permitiendo a esta retener grandes cantidades de agua. De este modo, preservando la hidratación dérmica, esta sustancia previene arrugas y líneas de expresión y mejora la elasticidad de la piel. Así como su estabilidad gracias a que fomenta la producción tanto de colágeno como de elastina.
Funciones y beneficios del retinol
Por su parte, el retinol es un tipo de vitamina A cuya utilización inicial en cosmética fue combatir la producción excesiva de grasa en pieles acneicas. La ciencia ha ido descubriendo muchos otros beneficios de este principio activo y hoy en día no solo se usa para equilibrar las pieles grasas y mejorar el acné. Sino también para tratar manchas y arrugas, reducir poros abiertos, regenerar la piel y nutrirla a nivel celular.
La combinación ganadora: Ácido hialurónico y retinol
Utilizar retinol y ácido hialurónico juntos, siempre que sepa hacerse bien, supone proporcionar a la piel un poderoso y eficaz conjunto de interesantes beneficios. La principal diferencia entre ambas sustancias es que, mientras que el ácido hialurónico funciona sobre todo en las capas más externas de la piel, el retinol nutre a nivel celular todas las capas.
Ambas sustancias coinciden en muchos de sus beneficios, como el de estimular la producción del colágeno y la regeneración celular. Por esto, al usarlas juntas, se potencian sus efectos positivos. Pero es que además, el uso conjunto del retinol y el ácido hialurónico permite complementar sus propiedades.
¿Cómo usar el ácido hialurónico y el retinol juntos para cuidar tu piel?
El retinol puede tener un leve efecto irritante, por lo que se recomienda usarlo por la noche para no exponerse al sol tras su aplicación. Igualmente se sugiere comenzar con su empleo una o dos veces por semana y con concentraciones bajas del 0,1%. Cuando la piel se va aclimatando a su uso, pueden utilizarse productos con mayor concentración, como el Retinol 0.3 de SkinCeuticals, un compuesto con retinol puro de eficacia contrastada.
Por su parte, el ácido hialurónico carece prácticamente de efectos secundarios y es adecuado para casi todo tipo de pieles. Este es uno de los motivos de que sea uno de los compuestos más populares en el mundo de la cosmética.
La rutina de aplicación de estos dos principios activos siempre debe empezar con el lavado de la cara con agua tibia y un limpiador suave. A continuación, es necesario secarla con suavidad antes de aplicar el retinol cuidadosamente, con toques leves. Es adecuado masajear con ligereza la piel del rostro para expandir la sustancia. No conviene abusar de ella y si sentimos cualquier malestar, escozor, descamación o incomodidad, debemos detener su uso y consultar con el dermatólogo.
Después de haber aplicado el retinol, tras pasar un mínimo de 20 minutos para que este actúe, aplicaremos un sérum con ácido hialurónico. Ambas sustancias se potenciarán entre sí para ofrecer un mejor resultado global a la hora de cuidar de nuestra piel. Y así disfrutar de todos los beneficios de dos de los principios activos que han revolucionado la cosmética en los tiempos recientes.